El pueblo Guarani habita desde hace siglos una vasta región de América Latina. Antes de la llegada de los españoles, la gran familia Guarani-Tupí habitaba parte de los actuales territorios de Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay, Guyana, Bolivia, Perú y Ecuador (1). En el presente se encuentran comunidades Guarani en Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil. Aunque no existen datos oficiales, se calcula la población Guarani de estos cuatro paises en unos
La mayoría de las comunidades Guarani en el Cono Sur están ligadas por lazos de parentesco y es común encontrar Guarani nacidos en el Paraguay viviendo en el medio de una aldea Guarani en San Pablo, Brasil, o en Misiones, Argentina, y viceversa; para este pueblo, las fronteras entre nuestros paises son construcciones artificiales que se han impuesto sobre su territorio tradicional, que se inicia entre los ríos Paraná y Paraguay y se extiende hasta la costa atlántica en Brasil, llegando también a la Provincia de Misiones en Argentina y a las tierras bajas bolivianas.
LA LLEGADA DE LOS GUARANI AL CONO SUR
Los Guarani fueron descriptos por el antropólogo Paul Radin como un "Pueblo de caminantes", pues los antepasados de estos indígenas llegaron del Amazonas al Paraguay Oriental, al sudoeste del Brasil y a lo que es hoy día Misiones, Argentina, en el primer milenio d.C. (2). Esta tradición de "caminantes" llevó inclusive a un grupo Guarani a cruzar el inhóspito Chaco y establecerse en las estribaciones andinas en el siglo XVI.
El pueblo Guarani tradicional era, según la Dra. Branislava Susnik, una población masiva y compacta que arrinconaba y sometía a los antiguos habitantes cazadores recolectores. Una religión y un idioma comunes, así como una economía basada en la agricultura de roza, eran los elementos que aglutinaban a este pueblo. Los antiguos Guarani se comunicaban entre sí por viejos senderos desde el río Ypané hacia el Tebicuary, desde la isla de Santa Catarina hacia el río Paranapanema y la confluencia de los ríos Yguasu, Piquiry y Monday, y de la costa atlántica hacia los ríos Paraná y Uruguay (3).
Los actuales Ache serían descendientes de los antiguos primeros pobladores de esta región del sur de América Latina; al llegar los Guarani, los Ache se refugiaron en las cordilleras y bosques inaccesibles, siendo "guaranizados" lingüísticamente pero conservando su economía, cultura y organización social de cazadores recolectores.
Según datos históricos, la población Guarani en el siglo XVI era de dos millones o más habitantes, fue la época de su auge demográfico ya que luego del encuentro con los españoles la población disminuyó drásticamente a causa de las guerras, la esclavitud y las enfermedades (4).
Existen numerosos sitios arqueológicos, especialmente en el Brasil y el sur de Misiones, Argentina, donde se encuentran muestras de la manera de vivir de estos Guarani antiguos. En los cementerios Guarani fueron excavadas urnas funerarias, vasijas para las bebidas fermentadas, ollas, pequeñas vasijas y pipas de barro cocido, que son los elementos característicos de un sitio arqueológico Guarani.
Los Guarani son básicamente moradores de los bosques; a ntiguamente fueron llamados también Caagua, que significa "habitantes de la selva", por la relación estrecha que establecían entre el bosque y su modo de vida y cultura. La naturaleza, para los Guarani, está habitada por seres espirituales que son los dueños de las diferentes especies de animales y plantas, y los indígenas se relacionan con estos espíritus de acuerdo a normas sociales claramente establecidas
La economía tradicional Guarani se basa en el uso de una gran diversidad de recursos naturales que son utilizados tanto por hombres como por mujeres. Practican la agricultura de tala y quema, siendo el maíz y la mandioca dulce los principales productos agricolas, con la caza y la recolección como complementos importantes.
La tenencia de abundante tierra con un medio ambiente adecuado constituyó, desde tiempos antiguos, una de las condiciones indispensables para el bienestar de una comunidad Guarani.Las relaciones de intercambio y reciprocidad dentro de los Tekoha o comunidades Guarani creaban una red social que era fundamental para la existencia de este pueblo. La vida comunitaria, basada en valores de generosidad, intercambio y reciprocidad, permitía que todos los miembros de una aldea mantuvieran una relativa homogeneidad económica. La tierra y los recursos naturales del Tekoha eran de propiedad comunitaria, no individual, y todos los miembros tenían derecho de usufructo.
LA RELACIÓN CON LOS ESTADOS NACIONALES
La relación de los Guarani con los diversos Estados Nacionales del Cono Sur fue siempre una historia de conflictos que tuvo como causas fundamentales la lucha por la tierra y el uso de los recursos naturales. Ante el avance de las sociedades nacionales sobre sus tierras, los pueblos indígenas quedaron cada vez más marginados en reducidas extensiones de tierra, su antiguo territorio quedó fragmentado y las comunidades empobrecidas.
A pesar de ser considerados por las leyes nacionales como ciudadanos con pleno derecho, en términos reales los Guarani en el Cono Sur se hallan excluidos y marginados de las políticas públicas. Las economías extractivas y luego las empresas agroindustriales, sobre todo recientemente las dedicadas al cultivo de soja, avanzaron sobre los territorios indígenas y los condenaron a habitar las tierras más marginales y deforestadas, con suelos depredados y contaminados a causa del uso indiscriminado de agrotóxicos. La desintegración de las comunidades Guarani como unidades socio- políticas autónomas es una constante en cada uno de los paises donde habitan.
LA LENGUA Y LA CULTURA COMO FORMA DE RESISTENCIA GUARANI
A pesar de todas las condiciones adversas en que viven, los Guarani en el Cono Sur demuestran, cada vez con más fuerza, que siguen teniendo un gran potencial para reorganizarse y fortalecer su lucha por la recuperación de sus territorios y sus derechos.
Para resistir como un pueblo continental durante cinco siglos, los Guarani utilizaron como fortaleza su cultura y su lengua. Esta resistencia se muestra viva y presente en los encuentros periódicos que se realizan entre líderes Guarani de Paraguay, Bolivia, Argentina y Brasil. Estos líderes indígenas han lanzado hace poco una campaña denominada "El Pueblo Guarani, un Gran Pueblo". Esta campaña es resultado del fortalecimiento de la articulación entre las diversas comunidades Guarani en el Cono Sur.
En el año 2006 se realizó en Río Grande do Sul, Brasil, el Encuentro Continental Guarani y en setiembre del 2007 se reunieron en la aldea Tey´kue, de Mato Grosso do Sul, unos 300 líderes Guarani de Brasil, Paraguay Argentina y Bolivia y lanzaron una campaña continental para articular a todo el pueblo Guarani e intensificar la lucha por sus derechos, principalmente a la vida y a la tierra: "La campaña será un instrumento de presión para conseguir nuestro derecho a la tierra y para divulgar nuestra organización", expresó el líder Leonardo Wera Tupa, de Santa Catarina, Brasil. Al final de la jornada, los líderes firmaron una carta compromiso, llamada Yvy Poty. Parte de esta carta dice:
"En esta lucha por la vida necesitamos contar con el compromiso, la unión, la fuerza y el coraje de todas la mujeres, hombres y niños/as de nuestro gran pueblo Guarani. Nuestros pueblos hermanos, que también nacieron en esta tierra y ya hace más de 500 años que resisten en sus sueños, cantos, rezos, danzas y lenguas, deben ahora luchar por la vida" (5).
(1) Saguier, Rubén. Literatura Guarani del Paraguay. Caracas. Biblioteca Ayacucho. 1980. (2)Susnik Branislava, Chase Sardi, Miguel. 1995. Lo Indios del Paraguay. Colecciones MAPFRE. Madrid. Pág. 14. (3) Susnik, Branislava. 1980. Etnohistoria de los Guarani. Museo Etnográfico Andrés Barbero. Asunción . Pág. 31. (4) Silva Noelli, Francisco . La distribución geográfica de las evidencias arqueológicas Guarani. Revista de Indias 2004. Vol . LXIV. Núm. 230 . Pág. 17. (5) Povo Guarani, Grande Povo. Porantin. En defensa da causa indígena. Año XXIX. N° 299. Brasilia DF. Octubre. 2007.
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Marilin Rehnfeldt. Antropóloga. Docente universitaria. Coordinadora de la Maestría en Antropología Social de la Universidad Católica.
. Año XXIX. N° 299. Brasilia DF. Octubre. 2007.